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domingo, 6 de marzo de 2016

Miradas que lo dicen todo



A veces, cuando se baja del coche mirando cómo se dirige hacia el portal por la ventanilla del copiloto pienso: ¡Ahí va el amor de mi vida!
Sin saber por qué, y después de tanto tiempo juntos, me invade una sensación que ocupa todo mi ser y que genera ese cosquilleo olvidado que, a veces, produce la rutina y la familiaridad de la convivencia.Es entonces cuando me doy cuenta de lo importante de retener ese pequeño instante y me quedo allí parado, contemplando cómo se aleja, cómo se coloca la blusa o, simplemente, cómo rebusca en su enorme bolso las llaves que nunca encuentra.
En ese diminuto momento se da la vuelta y me mira como diciendo ¿pero, qué haces ahí parado? y yo, mirándola sonriendo, intento que lea mis labios para recordarle que ella es el amor de mi vida, con la frase que sólo ella y yo compartimos. Arranco el coche y al mirar por el retrovisor encuentro sus ojos mirando y presiento felizmente que ella se encuentra disfrutando de ese mismo instante.

Carmen Molina Sújar

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viernes, 26 de febrero de 2016

Diamantes y perlas

- ¿Quienes son? - pregunté.

— Mis perlas — sonrió —. Cada año de mi vida he buscado doce perlas. Doce personas
que no conociera pero que se me aparecieran y marcaran mi mundo de tal manera que
mi yo virara.

— ¿Mi yo virara? —repetí.

— El Sr. Martín fue una perla de tu vida — me lo ejemplificó y yo se lo agradecí—. Fue una joya que el mundo te dio y, aunque han pasado los años, aún la conservas... Eso confirma qué gran perla fue, pues el tiempo no le ha quitada nada de su brillo ni de su intensidad.

......

— Con el tiempo, algunas perlas pasan a ser diamantes. Cada ochenta o noventa perlas
aparece un diamante... Un diamante, para que me entiendas, es una de esas personas
que se hace tan básica y tan importante en tu vida que parece creada únicamente

para ti.



Si me dices ven lo dejo todo , pero dime ven  - Albert Espinosa

sábado, 22 de octubre de 2011

Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos II - Sentimientos

Tenía el extraño atractivo de los objetos incatalogables, y yo era incapaz de retirar la vista de ellos.


Parecía la única manifestación visible de una sacudida más profunda… A veces las palabras se quedan sepultadas bajo una buena capa de sentimientos.


Pati y yo sonreímos al psiquiatra con una mezcla de cortesía y caridad y a continuación nos miramos. La manera en que ambos colocamos nuestras pupilas en las del otro, y la manera en que nuestras sonrisas se desdibujaban como un helado que se derrite, significaba que más allá de lo que ocurriera en el mundo, más allá de la inevitable estupidez que asolaba el universo, ella y yo hablaríamos siempre el mismo lenguaje, y nos tendríamos el uno al otro.


Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos – Rodrigo Muñoz Avia


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sábado, 15 de octubre de 2011

Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos I - Armadillos y guepardos

Tras una larga temporada me sorprendo a mí mismo conmutando de armadillo a guepardo.


Mi hijo Marcos tiene la personalidad de los guepardos. Es rápido, fuerte, astuto y competitivo, pero al mismo tiempo es frágil y sensible, necesita el apoyo de sus semejantes y las heridas le hacen más daño que a nadie…

Belén, al contrario, posee la personalidad de los armadillos. Los armadillos son esos animales que viven en América del Sur y que tienen todo su cuerpo recubierto de un caparazón compuesto por diferentes placas articuladas. Es decir, son como topos, pero recubiertos con una armadura. Son lentos y poco sociables, pero invulnerables. Cuando advierten el peligro se enrollan sobre sí mismos y se protegen bajo su caparazón… En definitiva, son poco espectaculares pero autosuficientes.


Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos – Rodrigo Muñoz Avia


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lunes, 19 de septiembre de 2011

Si tú me dices ven, lo dejo todo. Pero dime ven - Albert Espinosa

Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales


Desearía que existiese una persona así en el mundo… Una madre o un padre que me llamase para preguntarme si iré a comer ese domingo, si estoy bien, si soy feliz, si tengo suficientes calcetines, si ahorro, si estoy convencido de estar con esa chica, si voy a tener niños con ella, y cuándo y cómo los educaré.



- Te propongo algo: quédate aquí tres días, te enseñaré a ser fuerte con el deporte, veremos cada noche un clásico de vida y revelaremos lentamente las fotos… Ocho antes de cada amanecer.
- ¿Y luego?... – pregunté-. Tras los tres días…
Me imaginaba la respuesta, pero quería escucharla de sus labios.
- Luego deberás volver. Pero lo importante es que durante tres noches pararemos el mundo.
- ¿Pararemos el mundo?
Asintió.
Me tocó por segunda vez el hombro y en esta ocasión, además, me acarició el cuello con suavidad.
- ¿Nunca has parado el mundo?
- ¿Qué es parar el mundo?
- Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor.
» En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas.
» Alimentarte de buena literatura, de buen cine y, sobre todo, de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes qué…?
- ¿Qué? – dije emocionado y fascinado.
- Luego el mundo te premia. El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y ésos son los que lo paran.


Pero todo cambia por la noche… En plena madrugada fíjate en los edificios altos y verás que hay pocas luces encendidas, muy pocas. Casi todo el mundo duerme, tan solo hay algunos que están despiertos… Y ésos son los que buscan, y los que encuentran. » A esas altas horas de la noche, en las que todo el mundo duerme, ellos están amando o gozando de conversaciones intensas… Y ese sentimiento y esas palabras cambian su vida. » Joven Dani, siempre debes poner en tu vida más noches que días…



- ¿Quienes son? - pregunté.
— Mis perlas — sonrió —. Cada año de mi vida he buscado doce perlas. Doce personas
que no conociera pero que se me aparecieran y marcaran mi mundo de tal manera que
mi yo virara.
— ¿Mi yo virara? —repetí.
— El Sr. Martín fue una perla de tu vida — me lo ejemplificó y yo se lo agradecí—. Fue una joya que el mundo te dio y, aunque han pasado los años, aún la conservas... Eso confirma qué gran perla fue, pues el tiempo no le ha quitada nada de su brillo ni de su intensidad.
......
— Con el tiempo, algunas perlas pasan a ser diamantes. Cada ochenta o noventa perlas
aparece un diamante... Un diamante, para que me entiendas, es una de esas personas
que se hace tan básica y tan importante en tu vida que parece creada únicamente
para ti.


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viernes, 16 de septiembre de 2011

Solo contigo

Metiéndose en un zaguán encendió un cigarrillo. Caía la tarde, grupos de muchachas salían de los comercios, necesitadas de reír, de hablar a gritos, de empujarse, de esponjarse en una porosidad de un cuarto de hora antes de recaer en el bistec y la revista semanal.

Oliveira siguió andando. Sin necesidad de dramatizar, la más modesta objetividad era una apertura en el absurdo de París, de la vida gregaria. Puesto que había pensado en los poetas era fácil acordarse de todos los que habían denunciado la soledad del hombre junto al hombre, la irrisoria comedia de los saludos, el “perdón” al cruzarse en la escalera, el asiento que se cede a las señoras en el metro, la confraternidad en la política y los deportes. Sólo un optimismo biológico y sexual podía disimularse a algunos su insularidad, mal que le pesara a John Donne. Los contactos en la acción y la raza y el oficio y la cama y la cancha, eran contactos de ramas y hojas que se entrecruzan y acarician de árbol a árbol, mientras los troncos alzan desdeñosos sus paralelas inconciliables.

“En el fondo podríamos ser como en la superficie” pensó Oliveira, “pero habría que vivir de otra manera. ¿Y qué quiere decir vivir de otra manera? Quizá vivir absurdamente para acabar con el absurdo, tirarse en sí mismo con una tal violencia que el salto acabara en los brazos de otro. Sí, quizá el amor, pero la otherness no dura lo que dura una mujer, y además solamente en lo que toca a esa mujer. En el fondo no hay otherness, apenas la agradable togetherness. Cierto que ya es algo”... Amor, ceremonia ontologizante, dadora de ser. Y por eso se le ocurría ahora lo que a lo mejor debería habérsele ocurrido al principio: sin poseerse no había posesión de la otredad, ¿y quién se poseía de veras? ¿Quién estaba de vuelta en sí mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás? Así, paradójicamente, el colmo de soledad conducía al colmo de gregarismo, a la gran ilusión de la compañía ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos. Pero gentes como él y tantos otros, que se aceptaban a sí mismos (o que se rechazaban pero conociéndose de cerca) entraban en la peor paradoja, la de estar quizá al borde de la otredad y no poder franquearlo. La verdadera otredad hecha de delicados contactos, de maravillosos ajustes con el mundo, no podía cumplirse desde un solo término, a la mano tendida debía responder otra mano desde el afuera, desde lo otro.

Rayuela (cap. 22) - Julio Cortázar

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martes, 30 de agosto de 2011

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas

"Hubiese querido deshacerme en lágrimas, pero no podía llorar. Era demasiado mayor para hacerlo, había tenido demasiadas experiencias en mi vida. En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. Es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería. Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento."

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas - Haruki Murakami

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lunes, 4 de julio de 2011

No aburrir

En muchos colegios estaban ya de vacaciones y había como un millón de chicas esperando a su pareja: chicas con las piernas cruzadas, chicas con las piernas sin cruzar, chicas con piernas preciosas, chicas con piernas horrorosas, chicas que parecían estupendas, y chicas que debían ser unas brujas si de verdad se las llegaba a conocer bien. Era un bonito panorama, pero no sé si me entenderán lo que quiero decir. Aunque por otra parte era también bastante deprimente porque uno no podía dejar de preguntarse qué sería de todas ellas. Me refiero a cuando salieran del colegio y la universidad. La mayoría se casarían con cretinos, tipos de esos que se pasan el día hablando de cuántos kilómetros pueden sacarle a un litro de gasolina, tipos que se enfadan como niños cuando pierden al golf o a algún juego tan estúpido como el ping-pong, tipos mala gente de verdad, tipos que en su vida han leído un libro, tipos aburridos... Pero con eso de los aburridos hay que tener mucho cuidado. Es mucho más complejo de lo que parece.

El guardián entre el centeno - J. D. Salinger

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martes, 28 de junio de 2011

Insoportable

“La vida humana acontece sólo una vez y por eso nunca podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles fueron incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las distintas decisiones.”

“Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.”

La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera


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domingo, 26 de junio de 2011

No te atrevas a llamarme cobarde

...
no me llames mediocre
no me llames timorato
no te atrevas a llamarme aburrido
porque
tengo una mano entre sus muslos
y la vida es intensa y salvaje
...


Extracto del libro Poemas para la No posteridad, de Fernando Mansilla


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miércoles, 22 de junio de 2011

Los renglones torcidos de Dios

(uno de los mejores personajes de la historia, Alice Gould, divagando)

El hombre es el único animal que se crea necesidades que nada tienen que ver con la subsistencia del individuo y con la reproducción de la especie. No le basta comer para alimentarse, sino que condimenta los alimentos, de modo que añadan placer a la satisfacción de su necesidad. No le basta vestirse para abrigarse, sino que añade, a esta función tan elemental, la exigencia de confeccionar su ropa con determinadas formas y colores. No se contenta con cobijarse, sino que construye edificios con líneas armoniosas y carprichosas que exceden de su necesidad: lo cual no ocurre con la guarida del zorro, la madriguera del conejo o el nido de la cigüeña.

¿Hay algo más inútil que la corbata que lleva usted puesta? ¿De que le sirve al estómago una salsa cumberland o un chateaubriand a la Périgord? ¿Qué añade al cobijo del hombre el friso de una escayola o las orlas en forma de signos de interrogación de los hierros que sostienen el pasamanos de una escalera? Pues bien: todo eso que está inútilmente “añadido a la pura necesidad”... ¡ya es arte! La gastronomía, la hoy llamada alta costura y la decoración son las primeras artes creadas por nuestra especie, porque representan los excesos inútiles añadidos a las necesidades primarias de comer, abrigarse y guarecerse.

Torcuato Luca de Tena

lunes, 7 de febrero de 2011

Pensión compleja, de Risto Mejide

Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.

Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.

Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.

El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.

Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.

El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.

No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.

Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.

Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.

Para a acabar, te he deja do un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión.

Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.

El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura.

Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.

Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más
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Risto Mejide

lunes, 6 de diciembre de 2010

Margaritas de derribo, de Federico Granés

Federico y su lenguaje de calle. Federico y sus cuatro compañeras de trabajo. La superficial, la hastiada, la lesbiana escondida, la acomodada. Federico, el directo, el hilarante. El personaje.

Aquellos polvos dieron lugar a estos lodos.

…y te vas acostumbrando a que la mayoría del tiempo que te queda lo vas a pasar contigo a solas, no todo el mundo es capaz de estar consigo mismo mucho rato, necesitan gente, compañía, ruido, cada día se ve más gente con la radio o el teléfono celular por la calle, en el autobús o en la cama para no tener que enfrentarse a las preguntas insoportables que nos bombardean a todos…

Se podría decir que Loli era nihilista, reseca afectivamente con asco visceral a todo
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Aquellos amaneceres violentos bebiendo café..


Necesitaba un ángel esta noche y..aparecistes. GRACIAS.



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martes, 30 de noviembre de 2010

Me gusta el fuego

"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas,
y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida
mientras sigo a la gente que me interesa,
porque la única gente que me interesa es la que está loca,
la gente que está loca por vivir,
loca por hablar, loca por salvarse,
con ganas de todo al mismo tiempo,
la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes,
sino que arde,
arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas."


Jack Kerouack, On the road


miércoles, 24 de noviembre de 2010

La chica de las cerillas Vs Ciudades de hielo

Me he terminado de leer Ciudades de hielo, de Goretti Hita

Conocí a Goretti hace años. Si llego a saber que estaba hecha de esta pasta especial, quizá le habría dedicado mucha más atención. El último capítulo de su libro es sencillamente genial.



"La gente justifica sus asesinatos y condena los míos, sin tener muy en cuenta que el dolor de los huérfanos siempre es el mismo".

"Todo el mundo usa mecheros. Los mecheros no valen. Las cerillas son otra cosa. Utilizas una y se muere. Una llamarada loca, se apacigua y se pierde. Los mecheros no valen, porque siempre vuelven".

"Si tú me vas a cuidar no me importará que las enfermedades lleguen..."


No puedo quitarme de la cabeza: The XX.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Libro abierto

El proceso Informar el Rendimiento implica la recogida de todos los datos de la línea base
y la distribución de la información sobre el rendimiento a los interesados. En general, esta
información sobre el rendimiento incluye la forma en que se están utilizando los recursos
para lograr los objetivos del proyecto. El proceso Informar el Rendimiento generalmente
debe proporcionar información sobre el alcance, el cronograma, los costes y la calidad.
Muchos proyectos también requieren información sobre el riesgo y las adquisiciones. Los
informes pueden prepararse sobre todo el proyecto o bien sobre aspectos específicos del
mismo.



Es que, aunque la gente diga que sabe, sigue habiendo quien es incapaz de leer entre líneas. Y ahí está lo más importante.



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miércoles, 13 de octubre de 2010

El beso

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar - Rayuela




La Maga divina, salta de Buenos Aires a París, y besa, besa como ella sola, donde sea.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Rosa bella

Sois bellas, pero estáis vacías - les dijo todavía -. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece.

Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que ella es la rosa a la que he regado. Puesto que ella es la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con un biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas ).

Puesto que ella es la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.

El principito, de Antoine de Saint-Exupéry

sábado, 7 de agosto de 2010

Flanagan y Carmen Ruano



Mira por dónde, acababa de eliminar absolutamente a Nines de mi relato. Y, no sé por qué, se me antojaba una de las mentiras más miserables de mi vida. Sobre todo cuando, al acabar la historia, Carmen me abrazó y me dio un beso instantáneo en la boca (¡instantáneo, pero en la boca!) y me dijo:

¡Ay que salao es mi detective!...


Todos los detectives se llaman Flanagan, de Jaume Ribera y Andreu Martín


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viernes, 16 de julio de 2010

El ángel solitario

La mujer cruzaba la gran plaza en cuyo centro se alzaba la columna rematada por una enorme estatua, un ángel con las alas desplegadas que parecía a punto de volar.

La mujer solitaria cada mañana ponía en él sus ojos admirados, temiendo que en las ráfagas de otoño o en las nieblas del frío, desapareciera y no lo viese más, y aunque sabía que para el ángel ella tan sólo era un punto negro en la inmensidad de la plaza desierta, le rogaba la acompañase en el largo trayecto cotidiano.

Y fue tal su vehemencia que el ángel la escuchó y entendió su insistente llamada y un día descendió de la columna y fue hacia ella con pasos vacilantes. Ante aquella figura gigantesca con las alas abiertas, la mujer sintió nacer la esperanza de ser correspondida pero al acercarse el ángel, vio que tenía los ojos vacíos. Aun así, ella le preguntó: “¿Vienes conmigo?”, pero el ángel titubeaba, no respondió y poco después volvió a su lugar en lo alto de la columna.

Se quebró el fugaz proyecto de amor: ella sintió que terminaba su vida y estuvo a punto de hundirse en la tierra al comprender que no había sido mirada, que el ángel no vio nunca su gesto enamorado. Pero pensó en el deber del trabajo y en el camino que la esperaba recorrer como cada día y se resignó a seguir adelante. Ya nunca más buscaría el amor, ni el ángel bajaría al suelo.


Los solitarios cruzan la inmensa plaza pero ninguno hacia él levanta su mirada; saben que el ángel que está allí es ciego, un ángel solitario como ellos.


Juan Eduardo Zúñiga