Andaba, por esta ciudad hecha de una pasta especial.
Caminaba por lugares llenos de encanto, tiendas la mar de curiosas, y recordaba mis viajes anteriores por estos lares. Observaba cada pinta que superaba con creces a la pinta anterior, aquí todo es posible. Me encantaba pasar absolutamente desapercibido. Y seguía escudriñando detalles, te estaba buscando.
Entonces te vi reflejada en aquel cristal. Tenías cara de cansada tras un día agotador, pero ahí estabas. Justo en tu magnificiencia atemporal. Antes tú, ahora tú, mañana tú. Parecías estar flotando sobre las demás criaturas de la calle. El aura te daba por lo menos 3 vueltas.
Te encontré, qué emoción.