domingo, 25 de septiembre de 2011

Reflexiones esquizofrénicas previaje

Mientras degusto mi primer té de otoño antes de volar de nuevo por viaje, esta vez al bonito Bilbao, empiezo a hacer cavilaciones que no me vienen nada bien.

Un té de Berlín

Mi hermana ha salido de casa y ni me ha dicho buen viaje, ni me ha dado un beso, ni me ha dicho que me echará de menos. Sé que es una tontería, y más aún tras lo que preparó (con Wero) a mi vuelta del último, pero aún así no me ha gustado la idea de acostumbrar a mi gente a que no estoy aquí cada dos por tres.

Prueba de amor

Viejuno, ya recuperado de su enfermedad, mira la cama negra y no quiere subirse. ¿Por qué? ¿Acaso él también que esa cama está infinitamente vacía y le da miedo perderse en ella? ¿Qué haces que no estás aquí? ¿Tampoco a ti te gusta luchar? ¿Te acomodas como una perra en cualquier moqueta o te sientes terracera como una gata? Me gusta pensar que una gata cuando quiere algo salta los tejados, araña a los perros y muerde a sus dueños, se enloquece como una posesa, pero su objetivo es claro y lo busca, sin importarle quien se le pueda montar encima.

Ni Viejuno quiere ya viajar conmigo

Coque Malla - La hora de los gigantes
No pidas permiso, agárralo, sal a la calle, cógelo, es tuyo.

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