martes, 1 de febrero de 2011

Tendrás que volver a nacer para ser mi amante

Me gustó tanto esa obra de teatro, que colgué el flyer en el corcho de mi habitación. Desde que vi las pinturas del Bosco o leí sobre Isabel la Católica hacía tiempo que no había disfrutado de nada tan rematadamente bueno. Ni siquiera de la visión de un buen culo.

La despedida fue triste. Ni siquiera pude pararme 10 minutos más. Tener que partir solo en mi vieja furgoneta Enriqueta fue un corte de estómago de los que duran más de dos Almax .

Me consuela saber que ahora me espera un viaje con Lucía al Londres mal definido. El carnívoro Hannibal vuelve por sus fueros, en busca de la mujer más guapa del mundo.



Bajo el sol nuestro amor era un diamante, lloraré por los dos por aquel instante. Tendrás que volver a nacer para ser mi amante.



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