Si te rieses con las pequeñas cosas de la vida. Si le quitases importancia a los problemas cotidianos.
Si a ti se te pusieran los pelos como escarpias con una escena magnífica en el cine, con un comentario hilarante, con una interpretación sublime.
Si te teletransportaras conmigo a los paisajes inventados de los cuentos que leo, rodeados de personajes que aman la aventura y no tienen apalabrado su devenir diario.
Si tú supieras lo que siento cuando me pongo los cascos y empiezo a cantar en voz sorda mientras me agito compulsivamente.
Si te atrevieses a saltar de vez en cuando. Nos envolviese un halo de picardía.
Si tú sintieses mis ganas de vivir. Todos los días.
Si me conocieses un poco al menos.
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