martes, 9 de marzo de 2010

Blind Affaire

Recuerdo cuando se cortó la melena, y se dejó el pelo corto. Aquellos ojos me atrapaban, no podía dejar de desear su cuello libre, su cara redondeada perfecta, sus pequeños labios glotones. Esa morena menuda que conocí en la cancha de fútbol me tenía enloquecido.

Emanaba un brillo especial, y el pelo revuelto le daba ese aire desaliñado que tanto me ponía. No podía dejar de mirarla, ver su aura, sus gráciles formas radiantes; tanto fue así que acabé ciego.

Quería tenerla, darle todo, que fuese mía para siempre, aunque mis amigas me decían que no sería más que un affaire.

Ciego de todo. Incapaz de ver la realidad más allá de mis ojos blancos.