jueves, 18 de junio de 2009

Goodbye my lover

A pesar de que estaba acostumbrada, me costó.

Habíamos pasado una noche genial, ese templo del placer, ese colchón en el suelo y ese espejo que reflejaba todo menos los miedos encendían mi deseo. Después de fumar hasta quedar afónicos y beber como cosacos, escuchamos Los planetas durante horas, recitamos de memoria a Baudelaire y para terminar con todos los vicios, hicimos el amor por última vez, se lo pedí por favor. No me lo quiso negar, aunque no parecía entusiasmado.

Aún somnolienta, abrí los ojos levemente al escuchar la puerta abrirse. Entonces la vi. Alejarse. A ella. Esa espalda que tantas veces dibujé de mapas, de letras, de fantasías. Vi alejarse por última vez mi posibilidad de ser feliz con él.