Me prometí nunca hacerlo. Y creo que puedo garantizar que nunca lo he hecho. Aunque es cierto que la inhibición es mucho menor, y la gente "larga" por la boca en un estado feliz mucho más que lo que lo hacen en su monotonía habitual.
Ni corto ni perezoso me reté a mí mismo (a falta de que nadie me rete.... ¿capaz!?) a estar sin beber absolutamente nada de alcohol 3 meses, de enero a abril; y, desde luego, si bebía, que no fuese por una chica.
- Si bebo con una chica, que sea porque me apetece, no por "ligar" con ella - me decía.
No sé si me sorprendió más el volumen de mis falsas ilusiones o lo bueno que estuvo anoche ese Ribera del Duero...
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