miércoles, 21 de septiembre de 2011

Maga Barcelona, cuánto __ me haces

La noche del 3 de septiembre pintaba mal. El concierto de Maga no salió según lo esperado. Mi cabeza vacilaba, estaba sombría, inquieta. Los Maga no ayudaban, quizá estaban pensando más en París que en Buenos Aires. Y además era noche previaje…

Me fui a Barcelona taciturno. Llevaba tiempo, ya lo creo. Pero ahí estaba Barcelona, recibiéndome con los brazos abiertos. Barcelona, respecto a todas las otras ciudades mundiales donde he estado tiene esa extraña cualidad: todo es posible.


Si quieres ser moderno, allí puedes. Si quieres algo clásico, allí lo tienes. Guiris, todos tuyos. Catalanes aguerridos, los encontrarás. Chicas malas, a espuertas. Mosquitas muertas, cada 3 calles. Aventuras, en cada kiosko. Me gusta la sensación de saber que allí nunca me faltará lo que quiera tener. Solo es divagar un poco hasta encontrarlo. Un fashion se sucede por otro más fashion cada 5 minutos, y ese a su vez por otro más a los pocos minutos. Y otra vez de nuevo. La ciudad juega contigo. Estás pletórico. Momentos después te sientes inferior. Te hace sentir bien, te hace sentir mal. A veces, llegas abatido al hotel ante tal explosión de tendencias, diversidad y buenrollismo.

Barcelona, la ciudad donde todo es posible si tú quieres, solo tienes que buscarlo. Solo eso. Pero yo ya no quería.


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