- Lavado con Perlán - bromeé como respuesta. - ¿Te gusta? - Sonreí.
No sé si no te hizo ni pizca de gracia, si te molestaba la extrema suavidad de mi lomo o si querías marcar el terreno como la loba de la manada. Las uñas clavadas a fuego fueron toda la respuesta que tuve mientras hacíamos el amor y de esa manera te aferrabas a nuestra última noche juntos.
.