México D.F.
Tras un findesemana de no parar de un lado a otro en la calle, llego al hotel, me doy una ducha, veo dos capítulos de HIMYM, y empiezo a escuchar un montón de ruido al otro lado de la ventana.
Son las 3 de la mañana. Un enorme tormentón está cayendo sobre la ciudad. Abro la ventana de este piso 22 para empaparme de emociones. Retrocedo un año y 9 meses atrás, Panamá, y rememoro la desagradable situación de recibir un mensaje que me traía muy malas noticias de una muerte.
Apago el móvil. Por si acaso.
Reflexiono. Reflexiono mucho. Qué estoy haciendo últimamente con mi vida. Paso 5 minutos mirando como el cielo me da órdenes. Creo que no pestañeo si quiera. Seguridad. Confianza. Templanza sobre todo. Consecuencia con las decisiones. Morro.
Decidido. Necesito pelarme.