Su jugada ganadora: sentarse en la cama, despertar al rey despacio, tumbarse luego a su lado y charlar con él.
La sota de espadas es inquieta, y se apunta a un bombardeo. Disfruta preguntando cosas cotidianas, pelea por la amistad.
Su jugada perdedora: sus prejuicios y sus pueriles ideas preconcebidas. Su soberbia.
Esta sota va repartiendo espadazos a diestro y siniestro, sin importarle el transfondo. Puede resultar mejor o peor, pero no deja indiferente.
Su canción: Los días raros, de Vetusta Morla
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