Tras una larga temporada me sorprendo a mí mismo conmutando de armadillo a guepardo.
Mi hijo Marcos tiene la personalidad de los guepardos. Es rápido, fuerte, astuto y competitivo, pero al mismo tiempo es frágil y sensible, necesita el apoyo de sus semejantes y las heridas le hacen más daño que a nadie…
Belén, al contrario, posee la personalidad de los armadillos. Los armadillos son esos animales que viven en América del Sur y que tienen todo su cuerpo recubierto de un caparazón compuesto por diferentes placas articuladas. Es decir, son como topos, pero recubiertos con una armadura. Son lentos y poco sociables, pero invulnerables. Cuando advierten el peligro se enrollan sobre sí mismos y se protegen bajo su caparazón… En definitiva, son poco espectaculares pero autosuficientes.
Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos – Rodrigo Muñoz Avia
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