Hace poco conocí a una francesa, Penélope. Hablamos durante horas de música, y ella me dio a conocer este grupo. Acabamos hablando de la chica y de esta canción. Enormes y bellos ojos. Vestido para matar. Danzando como si fuese la primera actuación. Comiéndose la cámara y llenado el escenario con sus perfectos kilos.
Me contó una historia acerca de la pareja protagonista. Ding ding dong, llamando al timbre.
Historia 1_
Ella era prostituta, y él, no sabemos muy bien cómo (ejem) la conoce, la oye cantar, y no deja de pedirle que le cante una y otra vez. Se enamora de su voz, muy a pesar de ella, y la saca del mundo, y la hace una auténtica artista. Afortunadamente. Ella llamó a su puerta, después de pedirle 50 euros.
Historia 2_
Ellos se enfadan, él se va a casa, y ella no puede soportarlo, y va y comete una preciosa locura de amor. Va hasta donde vive, y le tira piedrecitas a su ventana (ding ding dong) para que salga y hagan las paces. En plena calle solitaria. Oscura. Peligrosa. Él nunca sale. Desafortunadamente.
Y es que hay oportunidades que solo se tienen una vez. Y no hay que dejarlas pasar.