miércoles, 18 de noviembre de 2009

Papeles

Misteriosamente, y mira que hay sitios dónde perderlos, aún conservo todos mis papeles intactos.

El hombre que inventó Manhattan - Ray Loriga

Su último amante había muerto hacía ya veinte años. No echaba de menos los besos, ni el sexo; echaba de menos algunas conversaciones, las graciosas, y hasta algunas peleas. La excitación de odiar a alguien por unos segundos, y la paz que le producía perdonar después.

Si vivir es perdonar, Molly había cumplido con creces.