domingo, 21 de febrero de 2016

La vida que es, en realidad, dos vidas

Tengo 18 años.
Me echo una novia rubia, empiezo a estudiar Derecho, no me gusta beber alcohol ni fumar y mato por sacarme a la calle bajo cualquier pretexto, no me gusta pasar tiempo solo. El último salto de la adolescencia al vacío se hace con los ojos casi vendados.

Tengo 36 años.
Adoro a una novia pelirroja, pienso y decido estudiar Modelismo, me fumo un porro antes de dormir y cato las mejores bodegas de España (salvo Ribera y Rioja, claro). Paso mi tiempo disfrutando de mi adosado con jardín, puteando a mi perro al tirarle del rabo, ante la mofa generalizada.

Elijo tener una segunda vida opuesta a mi primera. La madurez mesa dulcemente las canas de mi paciencia.

Full of life

El vivir no admite bromas.
Has de vivir con toda seriedad,
como una ardilla, por ejemplo;
es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir;
es decir, toda tu tarea se resume en una palabra:
Vivir.

Has de tomar en serio el vivir.
Es decir, hasta tal punto y de tal manera
que aun teniendo los brazos atados a la espalda,
y la espalda pegada al paredón,
o bien llevando grandes gafas
y luciendo bata blanca en un laboratorio,
has de saber morir por los hombres.
Y además por hombres que quizás nunca viste,
y además sin que nadie te obligue a hacerlo,
y además sabiendo que la cosa más real y bella es
Vivir.


Nazim Himket

Galeónica - Marta Fernández Portillo

Extraviada en Shangai
Jing jang mi coctelera
Sudando miedo
Bebiéndome mi oportunidad
Mi otra
Trocando las mareas
Soplándole a mi fuego
Pariéndome de nueva
Flechada

Subiéndome a esta ooola
galeónica