sábado, 1 de octubre de 2011

RiderRunner, nunca a tiempo

Estaba concienciado, pese a no haber querido correr en toda mi vida. Me aburría. Pero mis compañeros propusieron correr la nocturna de Sevilla, y me vi con ellos haciéndola y riéndonos un rato. Luego Puti, la Abeja Maya y los demás, vieja guardia pretoriana de mis sentimientos también iban a hacerla. Estaba ilusionado.

El gran Yoda desde la distancia me daba sabios consejos, a no ser bruto, marcar los tiempos, estirar adecuadamente. Yo quería hacer esta carrera para dedicársela a él, y a su foto de entrada en meta llorando.

Incluso el Gallo me animó empezando a correr conmigo, y haciéndome que me fundiese un pastón en unos cascos hipermegaguays. Roo contribuyó con el apodo: RiderRunner.

Estaba haciendo unos tiempos magníficos, mi progresión era más que lineal, iba a por todas.

Luego todo cambió. La maldita lesión me atacó de lleno, dejándome k.o. una semana y media, más cojo que Viviano. Para paliarlo tengo que irme de Sevilla este finde, no podría soportarlo. ¿Dónde encuentro yo una masajista a tiempo que me cure y me cuide?


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