Y a estas horas me mandas un mensaje con una falta de elegancia extrema. No sé qué confianzas te has tomado, o quién te crees en mi vida, pero desde luego no mereces para nada la pena como creía tras lo que me acaba de llegar al móvil.
BANDO
Por la presente, se hace saber, que si alguna loca tiene algo más que decir, que lo diga ahora o calle para siempre. Copón ya. Si tienes ganas de comerle el tarro a alguien, vete a un psicólogo de Buenos Aires de una puta vez.
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