domingo, 9 de agosto de 2009

Bestia leonada

Se fue.

Después de tantas cosas compartidas, de tantas veces quedarse dormida sobre mí en el sofá, de tantas comidas juntos, de acurrucarse sobre mí en la cama, de susurrarme, de morderme cuando se enfadaba, de ponerme ojassos, se fue.

Mi bestia se ha tenido que ir. O mejor dicho, yo provoqué su marcha.

Pero no paro de llamarla cuando cae la noche. La echo terriblemente de menos. Y lloro, muchas veces.

Te sigo echando de menos. Cada día más.

3 comentarios:

b dijo...

Es difícil hacer lo correcto,que lo mejor para alguien sea no estar contigo.
¿Por qué no se debe ser egoísta?

Versión11 dijo...

BUÁ.

Manifiesto mi total y absoluto descontento con los hechos producidos y elevo mi queja a la más altas instancias militares, civiles y administrativas.

O sea, propongo crear una página web:


QUEREMOSQUEVUELVAVIEJU.ORG


Tus lectores queremos que vuelva, y no sólo eso, que estaremos en huelga hasta entonces. Huelga de gatos caídos, naturalmente. ¿Que cómo se hace esa huelga? Pues a partir de ahora nadie acariciará a su propio gato, con la consiguiente insatisfacción felina. No ronroneés, únete.

Las situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, que dice Yaffar en Aladdín.

La China dijo...

Jo, que pena me encantaba tu gato (es casi tan precioso como el mío)

Voy a pedir firmas para que vuelva, a lo mejor hasta me encadeno a alguna tienda de animales.