Ese acento adorable pijil me fascina. Me voy a Viapol un rato.
jueves, 30 de septiembre de 2010
viernes, 24 de septiembre de 2010
Llega el fin de semana. B-O-M-B-O-M
Sigo buscando vuelos para Berlín antes de acabar el año.
Ok, vamos? ¿Nos llevamos al perro?
Quiero ir allí contigo, aunque sea en Monopatín. Si no te convence eso, buscaré uno aún más grande, hasta que aceptes.
He aprendido mucho. E incluso Bailo muy bien.
Dime que sí. Opta por mí.
No hace falta que tengamos sexo salvaje. Tener porno Mormón es suficiente.
Ok, vamos? ¿Nos llevamos al perro?
Quiero ir allí contigo, aunque sea en Monopatín. Si no te convence eso, buscaré uno aún más grande, hasta que aceptes.
He aprendido mucho. E incluso Bailo muy bien.
Dime que sí. Opta por mí.
No hace falta que tengamos sexo salvaje. Tener porno Mormón es suficiente.
jueves, 23 de septiembre de 2010
24-9
Qué manía. Cuando estoy fuera en un curso, siempre me surge otro curso en otro sitio para la vuelta. La semana del 27 dije que era intocable, que quería estar en Sevilla. Es curioso el destino, es la única que parece que voy a tener libre, a juzgar por el calendario que he hecho.
Este día 24, quería estar en Córdoba por motivos de sobra conocidos. He hecho más de un intento. Lo he perseguido todo lo que he podido y me han dejado. Horas extra, sonrisas forzadas, garganta ronca, hambre. Cualquier sacrificio merecería la pena por estar contigo el viernes noche. Disfrutar de ti. Era tu día.
Al final parece que querer no es poder. El adelanto del avión de vuelta denegado. Tendré que verte un día más tarde. ¿Esperarás?
Cabreo con la nada. Furia interna. Suputamadre; que no la mía.
Este día 24, quería estar en Córdoba por motivos de sobra conocidos. He hecho más de un intento. Lo he perseguido todo lo que he podido y me han dejado. Horas extra, sonrisas forzadas, garganta ronca, hambre. Cualquier sacrificio merecería la pena por estar contigo el viernes noche. Disfrutar de ti. Era tu día.
Al final parece que querer no es poder. El adelanto del avión de vuelta denegado. Tendré que verte un día más tarde. ¿Esperarás?
Cabreo con la nada. Furia interna. Suputamadre; que no la mía.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Escort exótico
Azahara siempre me lo dice: en Sudamérica eres tremendamente exótico.
Nada más lejos de la realidad. Me vanaglorio de ser uno de los más altos de la calle, puedo ver sin apenas alzarme, soy el más blanco, soy un imán visual. Les sorprenden mis palabras, el tono que uso, la cadencia; mi mirada, mi forma de caminar.
Aprovecho en cada ocasión esa coyuntura. Cada vez que vengo por aquí me prostituyo y me gano un dinero extra. Las mujeres se sienten muy atraídas por mi piel pálida y mis rasgos distintos. Noto como me miran, no siempre a los ojos.
Anoche una señora de 46 años, morena y menuda, alquiló mi cuerpo para su usufructo. Lo curioso es que fue ella quien me colmó de caricias y de besos blandos mientras sonaba en su tocadiscos el ajado Charles Trenet y su Que reste t il de nos amours. Me desnudó despacio, se quedó mirando mis músculos marcados (estar delgado tenía que tener algo bueno), sugirió que nos tumbásemos, y mientras me tocaba con sus manos inexpertas la espalda, las nalgas, y finalmente los muslos y los gemelos, me contaba sobre sus raíces, cómo sus ancestros la habían criado de forma austera, y sus sueños rotos ya inalcanzables.
- Eres tremendamente entretenido de tocar. Eres taaaaan largo. Del cuello al pie me duras toda una historia – me dijo.
Sonreí, con esa sonrisa secreta que me enseñaron una vez, con esa sonrisa que enamora. Pensé entonces que me pagaban por algo más que por asentir y sonreír, así que hice mi trabajo tan bien como sé. Tras el orgasmo y a medida que el sudor remitía la abracé, y noté más que nunca su piel seca, sus pequeñas arrugas, sus caderas anchas y huesudas, sus pechos caídos, su respiración lenta. Cuando se quedó dormida, aproveché para meterme en la ducha y vestirme antes de que ella despertase.
Salí al balcón de la sala de estar con mi sudadera verde de la capucha y mis vaqueros claros. Encendí un cigarrillo y aspiré el aroma putrefacto de la ciudad. Estaba agotado de estos vaivenes mundanos. Di otra calada mientras encendía mi iPod, reproducía Temper Trap - Soldier on y mis ojos escudriñaban todos los edificios de la manzana opuesta con violencia. Las cenizas caían edificio abajo, el cigarro se derrumbaba, y no era lo único. Conjeturaba acerca de mis siguientes pasos. Seguí pensando dos canciones más, tomé una decisión y entonces salí de la habitación de forma suave, casi de puntillas, sin dar portazo. A lo ninja. Me sentía extraño en ese espacio, ya no me ubicaba. Yo nunca estuve allí.
No le cobré.
Nada más lejos de la realidad. Me vanaglorio de ser uno de los más altos de la calle, puedo ver sin apenas alzarme, soy el más blanco, soy un imán visual. Les sorprenden mis palabras, el tono que uso, la cadencia; mi mirada, mi forma de caminar.
Aprovecho en cada ocasión esa coyuntura. Cada vez que vengo por aquí me prostituyo y me gano un dinero extra. Las mujeres se sienten muy atraídas por mi piel pálida y mis rasgos distintos. Noto como me miran, no siempre a los ojos.
Anoche una señora de 46 años, morena y menuda, alquiló mi cuerpo para su usufructo. Lo curioso es que fue ella quien me colmó de caricias y de besos blandos mientras sonaba en su tocadiscos el ajado Charles Trenet y su Que reste t il de nos amours. Me desnudó despacio, se quedó mirando mis músculos marcados (estar delgado tenía que tener algo bueno), sugirió que nos tumbásemos, y mientras me tocaba con sus manos inexpertas la espalda, las nalgas, y finalmente los muslos y los gemelos, me contaba sobre sus raíces, cómo sus ancestros la habían criado de forma austera, y sus sueños rotos ya inalcanzables.
- Eres tremendamente entretenido de tocar. Eres taaaaan largo. Del cuello al pie me duras toda una historia – me dijo.
Sonreí, con esa sonrisa secreta que me enseñaron una vez, con esa sonrisa que enamora. Pensé entonces que me pagaban por algo más que por asentir y sonreír, así que hice mi trabajo tan bien como sé. Tras el orgasmo y a medida que el sudor remitía la abracé, y noté más que nunca su piel seca, sus pequeñas arrugas, sus caderas anchas y huesudas, sus pechos caídos, su respiración lenta. Cuando se quedó dormida, aproveché para meterme en la ducha y vestirme antes de que ella despertase.
Salí al balcón de la sala de estar con mi sudadera verde de la capucha y mis vaqueros claros. Encendí un cigarrillo y aspiré el aroma putrefacto de la ciudad. Estaba agotado de estos vaivenes mundanos. Di otra calada mientras encendía mi iPod, reproducía Temper Trap - Soldier on y mis ojos escudriñaban todos los edificios de la manzana opuesta con violencia. Las cenizas caían edificio abajo, el cigarro se derrumbaba, y no era lo único. Conjeturaba acerca de mis siguientes pasos. Seguí pensando dos canciones más, tomé una decisión y entonces salí de la habitación de forma suave, casi de puntillas, sin dar portazo. A lo ninja. Me sentía extraño en ese espacio, ya no me ubicaba. Yo nunca estuve allí.
No le cobré.
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martes, 21 de septiembre de 2010
Líder es Ríder
Siempre me han gustado los silogismos.
Mi amigo Miguel, el “Negro”, siempre me llama RíderMan.
Cuando tecleo Ríder en el Microsoft Word, el corrector ortográfico me pone automáticamente Líder.
Por tanto, a partir de esta foto, lo tengo claro.
Y de regalo, un pareado y un temazo, que hoy estoy que no quepo en mi cuerpazo.
Mi amigo Miguel, el “Negro”, siempre me llama RíderMan.
Cuando tecleo Ríder en el Microsoft Word, el corrector ortográfico me pone automáticamente Líder.
Por tanto, a partir de esta foto, lo tengo claro.
Y de regalo, un pareado y un temazo, que hoy estoy que no quepo en mi cuerpazo.
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lunes, 20 de septiembre de 2010
Alone in Peru
Llegué del viaje de avión agotado. Hice el check-in, deshice la maleta, me di una ducha tibia, y ni siquiera me dio tiempo a ver la película que elegí; caí dormido profundamente a los pocos instantes.
Amanecí tempranísimo. Era mi primer día en Perú. Retocé un par de horas pero a las 7 ya estaba harto de las arrugas individuales de las sábanas. Desayuné frugalmente un poco de fruta, y subí de nuevo a la habitación. Me lavé los dientes, me puse ropa de deporte y decidí subir al gimnasio.
Observar como se despierta Lima desde una 11ª planta con la pared frontal acristalada y sudando a chorros mientras sonaban los remixes del nuevo disco de Interpol, Not even jail y Public pervert, Sjonarspil de Rökkurró y Good lovin' de Richard Ashcroft es un recuerdo triste que no olvidaré. Los taxistas pitaban, los comercios empezaban a abrir, las nubes cada vez eran más grises en esta ciudad donde nunca sale el sol en invierno. Allí me hallaba, solo, insomne, dando saltos a la comba y haciendo elíptica. Mis pensamientos saltaban de un lado para otro, paralelamente a mis piernas. Qué sacrificado es viajar solo, me dije. Estaba totalmente perdido. Lost in translation.
Todo el mundo me diría qué suerte la mía por andar de viaje de nuevo. Pero hay momentos que no son divertidos, que desearías estar en casa, que te gustaría tener un hogar con lumbre. Momentos que no salen en Facebook.
Empezó a sonar Apparat - Fractales part 1, y empecé a sonreir. Bastaba de estar triste. Era hora de cambiarse de traje y ponerse el de todos los días. De nuevo.
Amanecí tempranísimo. Era mi primer día en Perú. Retocé un par de horas pero a las 7 ya estaba harto de las arrugas individuales de las sábanas. Desayuné frugalmente un poco de fruta, y subí de nuevo a la habitación. Me lavé los dientes, me puse ropa de deporte y decidí subir al gimnasio.
Observar como se despierta Lima desde una 11ª planta con la pared frontal acristalada y sudando a chorros mientras sonaban los remixes del nuevo disco de Interpol, Not even jail y Public pervert, Sjonarspil de Rökkurró y Good lovin' de Richard Ashcroft es un recuerdo triste que no olvidaré. Los taxistas pitaban, los comercios empezaban a abrir, las nubes cada vez eran más grises en esta ciudad donde nunca sale el sol en invierno. Allí me hallaba, solo, insomne, dando saltos a la comba y haciendo elíptica. Mis pensamientos saltaban de un lado para otro, paralelamente a mis piernas. Qué sacrificado es viajar solo, me dije. Estaba totalmente perdido. Lost in translation.
Todo el mundo me diría qué suerte la mía por andar de viaje de nuevo. Pero hay momentos que no son divertidos, que desearías estar en casa, que te gustaría tener un hogar con lumbre. Momentos que no salen en Facebook.
Empezó a sonar Apparat - Fractales part 1, y empecé a sonreir. Bastaba de estar triste. Era hora de cambiarse de traje y ponerse el de todos los días. De nuevo.
jueves, 16 de septiembre de 2010
Macho Picha
martes, 14 de septiembre de 2010
¿Me invitarás a un café?
Social o no, el café despierta sensaciones allende los sitios. Buena compañía, charla interesante, cáliz de conocimiento. Tuve una cafetera que se rompió de tanto usarla. Ahora conseguí una Nespesso que hace unos cafés buenísimos. De todos los sabores, olores y colores. ¿Gustas?
Ya lo decía Bosé: que nadie como tú me sabe hacer café.
Ya lo decía Bosé: que nadie como tú me sabe hacer café.
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lunes, 13 de septiembre de 2010
Bajo tierra
Según la Wikipedia, la pachamanca es un plato típico del Perú basado en la cocción, al calor de piedras precalentadas, de carnes previamente llevados a maceración con especias, asimismo de productos originales andinos adicionales, como papas, camote y eventualmente yuca.
Es decir, a grandes rasgos, hacemos un hoyo, metemos la carne, la tapamos con piedras y un montón de arena (aislada por plásticos ésta última), y al tiempo la desenterramos y la comemos más sabrosa.
En el día a día hacemos esto también. Enterramos sentimientos y los despertamos al cabo del tiempo. La mayoría de las veces, suelen saber mejor.
Es decir, a grandes rasgos, hacemos un hoyo, metemos la carne, la tapamos con piedras y un montón de arena (aislada por plásticos ésta última), y al tiempo la desenterramos y la comemos más sabrosa.
En el día a día hacemos esto también. Enterramos sentimientos y los despertamos al cabo del tiempo. La mayoría de las veces, suelen saber mejor.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Poder es querer
jueves, 9 de septiembre de 2010
Viejos amigos
Salí a cenar. Un buen restaurante, una comida exquisita, una mejor compañía.
Reíamos ante los avatares de la vida. Preparábamos proyectos futuros individuales. A veces, hasta nos mirábamos a los ojos. Hablábamos de cualquier cosa: desde arquitectura moderna, hasta idiomas por mejorar o instrumentos musicales que tocar.
Fuimos a tomar una copa. El efecto tranquilizador del alcohol en mi sangre me hacía estar cada vez más encandilado ante sus focos. Mi líbido se disparaba ante cualquier mínima caricia. Ante cualquier toque en el pelo. Ante cualquiera sonrisa. La anhelaba como hacía tiempo que no lo hacía a nadie. Esa chica me encendía de veras.
El deseo también había salido anoche a cenar fuera, así que se alió con la noche cálida y preciosa, y sin avisar. En ese momento había cielo para todos: las estrellas titilaban y la luna ausente provocó el resto. Follamos en plena calle como animales, no podíamos esperar más.
Como norma general no me apasionan los besos, a excepción de justo al terminar de hacer el amor; es entonces cuando me encanta que nos colmemos de besos y abrazos. No iba a ser este día una excepción. Tras el orgasmo, acaricié su espalda con mi mano izquierda, agarré su cuello con la otra mano, la besé con todas las ganas que aún tenía.
Algo raro sucedía. En ese preciso instante, noté un sabor que no conocía, una espalda excesivamente suave, un cuerpo que no recordaba. Chillé a medida que me clavó las uñas en la espalda (¡traición!) y justo por eso desperté precipitadamente y, como en Inception / Origen, me llevé una buena patada que me devolvía a la cruda realidad. No era ella quien dormía a mi lado. Era Viejuno a quien estaba abrazado, durmiendo molestamente cerca de mí, y que me hizo acordarme de toda la familia de Calderón de la Barca.
Y, sin embargo, quiero que me mires con esa sonrisa irresistible cuanto antes.
Reíamos ante los avatares de la vida. Preparábamos proyectos futuros individuales. A veces, hasta nos mirábamos a los ojos. Hablábamos de cualquier cosa: desde arquitectura moderna, hasta idiomas por mejorar o instrumentos musicales que tocar.
Fuimos a tomar una copa. El efecto tranquilizador del alcohol en mi sangre me hacía estar cada vez más encandilado ante sus focos. Mi líbido se disparaba ante cualquier mínima caricia. Ante cualquier toque en el pelo. Ante cualquiera sonrisa. La anhelaba como hacía tiempo que no lo hacía a nadie. Esa chica me encendía de veras.
El deseo también había salido anoche a cenar fuera, así que se alió con la noche cálida y preciosa, y sin avisar. En ese momento había cielo para todos: las estrellas titilaban y la luna ausente provocó el resto. Follamos en plena calle como animales, no podíamos esperar más.
Como norma general no me apasionan los besos, a excepción de justo al terminar de hacer el amor; es entonces cuando me encanta que nos colmemos de besos y abrazos. No iba a ser este día una excepción. Tras el orgasmo, acaricié su espalda con mi mano izquierda, agarré su cuello con la otra mano, la besé con todas las ganas que aún tenía.
Algo raro sucedía. En ese preciso instante, noté un sabor que no conocía, una espalda excesivamente suave, un cuerpo que no recordaba. Chillé a medida que me clavó las uñas en la espalda (¡traición!) y justo por eso desperté precipitadamente y, como en Inception / Origen, me llevé una buena patada que me devolvía a la cruda realidad. No era ella quien dormía a mi lado. Era Viejuno a quien estaba abrazado, durmiendo molestamente cerca de mí, y que me hizo acordarme de toda la familia de Calderón de la Barca.
Y, sin embargo, quiero que me mires con esa sonrisa irresistible cuanto antes.
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Simpleza
martes, 7 de septiembre de 2010
sábado, 4 de septiembre de 2010
Cuestionario, de Emilio Barón
Canto y cuento: la Poesía.
¿Mis aficiones?
¿Mis aficiones?
Amar y leer.
Il miglior fabbro: mi Virgilio
hasta Cernuda: Il Paradiso.
(Sobre el amar mejor nada digo).
¿Lo demás?
Es lo de menos.
Que cada cual siga su ruta
(a mí me sigue la mía).
Canto y cuento: mi poesía.
hasta Cernuda: Il Paradiso.
(Sobre el amar mejor nada digo).
¿Lo demás?
Es lo de menos.
Que cada cual siga su ruta
(a mí me sigue la mía).
Canto y cuento: mi poesía.
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jueves, 2 de septiembre de 2010
Estrellas sublimes
El cielo estrellado siempre me calma. Es un pequeño placer mundano, no siempre al alcance de la mano.
Me gustaría poder irme a un monte (a lo película americana) donde tirar una mantita a cuadros en el suelo, tumbarnos, mirar al cielo, y pasar un par de horas en silencio viendo algo como lo siguiente. Sería espectacular. Y más contigo.
La música de Sigur Rós ayuda, ya lo creo. La fuente original, con muchos más datos, aquí.
Me gustaría poder irme a un monte (a lo película americana) donde tirar una mantita a cuadros en el suelo, tumbarnos, mirar al cielo, y pasar un par de horas en silencio viendo algo como lo siguiente. Sería espectacular. Y más contigo.
La música de Sigur Rós ayuda, ya lo creo. La fuente original, con muchos más datos, aquí.
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