En el Uno contra Uno debería ser donde más claramente se evidencian las carencias personales, los fallos, las manías, la imposibilidad afectiva. Creo justo lo contrario; cuando tienes una
cita a solas es donde mejor te vendes, donde tienes toda la atención, donde la autopublicidad es máxima, no tienes competidor más allá de ti mismo. Con lo enamoradizo que es el ser humano, pienso que en la mayoría de estas citas daríamos el sí quiero salvo que el contrincante sea un alma pesada y atormentada de cuidado. Reconozco que soy fácilmente
sorprendible, y que en los pocos 1:1 he salido profundamente fascinado (enamorado son palabras mayores). Cuando la mirada felina de Viejuno aparece, ya está todo hablado.
En una reunión, N personas, en cambio, que captes la seducción es harto difícil. Apenas veo chicas que sobresalgan sobre la masa (no estoy hablando de físico, ojo). Captamos miradas puntuales, observamos sonrisas cómplices y puede que algún que otro movimiento breve y sutil de acercamiento, pero es bastante complejo que pueda llegar a sentir ese impulso (más allá del cuerpo humano físico) si no me dan el
feedback necesario. Es muy difícil que me enamores entre la multitud con tres miradas y dos sonrisas. Pon un poco de calor.
Así nos va.
Aquí dejo la canción que me lleva martilleando la cabeza todo el fin de semana a raíz de una noticia de la radio. Aunque el video que mola es
éste.
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1 comentario:
Prefiero 1:N. Y que sólo se quede en miradas y sonrisas. Porque cuando abren la boca...
El verano pasado, en un viaje en tren... Nos miramos en la estación, nos miramos durante todo el viaje, nos miramos cuando yo me bajé antes y mientras él se alejaba... Fue fascinante. Y no nos hablamos.
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