lunes, 29 de marzo de 2010

Christina Rosenvinge - La música contada

Viernes noche, variedad de guapos y feos, enchaquetados y rastas, fans incondicionales y primeras veces, gente dispar (qué difícil es guardar la distancia adecuada) reunida en el teatro Central. Aparece una esquelética señorita que compone una figura encantadoramente triste. Christina Rosenvinge, vestida en negro, medias blancas, más pálida que nunca. A su lado el que se confirmó poco más tarde como un auténtico artistazo, Charlie Bautista, también de negro (si te fijas, los artistas siempre van de negro, se dice).

Fue un conciertazo, un repertorio magnífico, bien elegido, con canciones del próximo álbum (para octubre previsiblemente), algunas versiones, y sobre todo temas de su último disco, Tu labio superior. Mi atención, que trabaja por libre, captando momentos e imágenes que solo ella entiende, atrapó lo siguiente:

Canción de inicio: Chicago, versión de la de Sufjan Stevens. Esta canción atrapa, anima, alegra la noche. Notas como el cuerpo se balancea en el sillón, rítmico, hipnótico.

If I was crying in the van, with my friend it was for freedom, from myself and from the land

Una canción del disco nuevo, en la que menciona varias veces a un tal Jorge. Una pareja amiga, cuyo cónyuge masculino repite nombre, estaba sentada a metro y medio de mí, y ante ese guiño de Christina los miré buscando complicidad. Vi que andaban inmersos en esa misma charla, ella en modo "celosa" de Christina, él en modo ledilosuyosí, pero todo de una forma agradable, risueña, y asquerosamente envidiable. Los adoro como pareja, tienen un ocio digno de elogio.

El toque de otros estilos musicales: se atrevió con la bossa nova, con el tema Aqua di beber (sigo prefiriendo la versión que hizo nada más y nada menos que Victoria Abril), con una canción de guerra alemana (Lili Marleen), con una versión jazz del mismísimo Cole Porter, con un tema de los sugerentes 60 en Francia, y un par de canciones de los musicales de Broadway. También versiones de los viejunos Leonard Cohen, y (menciones a) Lou Reed. Destacar el archiconocido Hallelujah (de Cohen), que nunca me ha gustado, y sigo sin pillar su éxito.

Charlie Bautista había demostrado hace un rato que era un virtuoso, pero me mató de miedo cuando se fue a por el violín. Y para más inri, Christina estaba al piano. Mis dos instrumentos favoritos juntos. De eso, solo podía sonar una canción, la más oscura, la más perversa. La más dolorosa, acentuada más si cabe con los sonorísimos golpes que Christina le daba al piano con una fuerza inusual en ella. Tok tok, la mejor del Continental 62, y la única que sonó del mismo. Y el violín haciendo daño, metiéndose entre los pulmones con sus sonidos rasgados.

Al final tu tenías razón, se puede renacer solo tras la humillación

La última canción no podía ser otra, tenía que asestar el último golpe: Anoche (El puñal y la memoria).

Cuando vuelvo a casa intento recordar qué era lo que anoche tenía que olvidar: fui yo la apuñalada o yo clavé el puñal; ya es mañana qué más da.



Luego, una breve inclusión de Rafa, el espontáneo, y de nuevo Christina, esta vez no la artista, sino la persona, saliendo a contestar todas las preguntas que el público ansiaba hacerle. Y enamoró aún más, sin titubear en ninguna frase, con ese acento dulce de ningún sitio, y con esas frases tan normales en su boca, y tan profundas en mis oídos, porque se asemejan bastante a muchas de mis ideas:

“Mis canciones hablan de muchas cosas, y bastantes de relaciones, pero no tienen por qué ser cosas que me pasan a mí. No las vivo yo, yo me veo más bien como una médium” (como me pasa a mí con el blog).

“Todo lo malo que nos ocurre es justo lo que nos hace crecer”.

“Te tiras media vida viendo a alguien, y te acomodas a esa situación, lo ves normal. De buenas a primeras, ese alguien hace un ruido, un pequeño gesto, algo, y a ti el cuerpo te hace clic, y te enamoras perdidamente”.

“No quiero ser reservada, mucho menos en los tiempos en los que vivimos. Yo prefiero ser permeable a los demás, ir moldeándome conforme te acercas a alguien y aprendes de él” (con esto, ella a mí me hizo clic).

Impresionante; qué pedazo de voz, de artista, qué gran noche. Para colmo, con los pelos de los antebrazos erizados por las cosquillas.

viernes, 26 de marzo de 2010

Hacer el imbécil

Ando buscando desde hace mucho tiempo alguien con quien hacer una gansada de este palo, con una de mis canciones favoritas de los últimos meses.



Ahora encuentro que me mandan una "actualizada", que me ha hecho bastante gracia.



Mientras llega o no llega, sigo esperando que Pablo y Mogli me den el sí quiero para imitar el Single Ladies de Beyonce....

martes, 23 de marzo de 2010

Björk - Hyperballad

Necesito c@ntarte una tierna balada. Llevo tiempo queriendo hacerlo, desde aquel día en que me precipité al vacío, y disfruté de una vista que tú nunca verás.

We live on a mountain Right at the top There's a beautiful view From the top of the mountain

¿Por qué lo hice? Necesitaba tirarme, necesitaba arrojar al vacío cosas que estaban yendo mal en mí, necesitaba depurarme. Estaba demasiado viciado con las costumbres diarias incrustadas en mis órganos.

And throw little things off Like car-parts, bottles and cutlery Or whatever I find lying around It's become a habit A way to start the day




Tú no sabes nada de esto, simplemente dormitas a mi lado, y yo soy feliz tan solo contemplándote; solo con el hecho de que estés a mi lado.

I go through all this Before you wake up So I can feel happier To be safe up here with you

De vez en cuando siento que vuelvo a adquirir malas costumbres, que no aprendo, así que necesito ir al acantilado que separa el abismo de la locura y dejarme llevar. ¿Me tiraré algún día? Eso espero. De momento sigo arrojando malos hábitos precipicio abajo. Aunque a veces cierro los ojos a medida que los lanzo, noto que se rompen al chocar contra el suelo, y pierdo mi pasado.

It's real early morning No-one is awake I'm back at my cliff Still throwing things off
I listen to the sounds they make On their way down I follow with my eyes 'til they crash
Imagine what my body would sound like Slamming against those rocks When it lands
Will my eyes Be closed or open?

¿Me siento seguro cuando estoy a tu lado?

Safe up here with you

domingo, 21 de marzo de 2010

Fuegos

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.



Hay fuegos que arderán toda la vida. Hay fuegos que ni el mar puede apagar.

jueves, 18 de marzo de 2010

Trasluz maldito

Voy silenciosa hasta ti, me fijo en tu figura al trasluz, ajeno a todo. Me acerco, y te abrazo por la espalda, genial excusa para poder así recorrer tu torso, acariciándolo despacio. Mis manos, firmes, te empujan hacia mí; te balanceas un poco hacia atrás, contra mi pecho desnudo choca tu larga espalda. Empiezo a recorrer con mis labios cada milímetro de ella.Noto como se me erizan los pezones en ese preciso momento.


Una vez sometido a mis encantos te guío hacia la cama para por fin desprenderte de ese pantalón de pijama, yo hace tiempo que estoy desnuda. En el reflejo del espejo no te hacen falta, querido.

martes, 16 de marzo de 2010

Dignos de lástima, Heinrich Heine.

Bien veo la mofa que en tus labios juega, y el brillo insolente de tus ojos, y el orgullo que hincha tu seno y, sin embargo, digo: Tan digna eres de lástima como yo. Un sufrimiento invisible te hace palpitar los labios, una lágrima oculta empaña el brillo de tus ojos, una llaga secreta te va royendo el seno orgulloso; amor mío, dignos de lástima hemos de ser los dos.

lunes, 15 de marzo de 2010

Maybe tomorrow

Maybe tomorrow we'll find each other, look at the eyes, and start feeling strangely fine.


So maybe tomorrow I'll find my way home

domingo, 14 de marzo de 2010

Oren Lavie - Her morning elegance

Su elegancia al vestirse hizo que mi previsible día ocupado empezase con más alegría que en meses.

Después de estar sin dormir una noche entera, eterna, se rompía la magia con el sol filtrándose por las rendijas de la persiana, con el gato maullando, y con el olor a café Nespresso en la cocina.

El cuidado que ponía al abrocharse los botones, sus ojos cansados y brillantes... Atónito la miraba con mi gafas de mirar por primera vez. Los huesos de la cadera que se me clavaban, sus labios finos, los morados del cuello que yo mismo le había dibujado, todas aquellas aparentes imperfecciones en ella eran sublimes.

Terminó. Se fue, se esfumó esa elegancia, y desde entonces miro a la estancia vacía, y me pregunto cuando volveré a verla.



¿Repetimos? Natillas, Danone.

martes, 9 de marzo de 2010

Blind Affaire

Recuerdo cuando se cortó la melena, y se dejó el pelo corto. Aquellos ojos me atrapaban, no podía dejar de desear su cuello libre, su cara redondeada perfecta, sus pequeños labios glotones. Esa morena menuda que conocí en la cancha de fútbol me tenía enloquecido.

Emanaba un brillo especial, y el pelo revuelto le daba ese aire desaliñado que tanto me ponía. No podía dejar de mirarla, ver su aura, sus gráciles formas radiantes; tanto fue así que acabé ciego.

Quería tenerla, darle todo, que fuese mía para siempre, aunque mis amigas me decían que no sería más que un affaire.

Ciego de todo. Incapaz de ver la realidad más allá de mis ojos blancos.


domingo, 7 de marzo de 2010

Between two states

7:52 de la mañana, viernes, mi día favorito de la semana.

Caminaba por la calle, volviendo a casa, a darme una ducha rápida, coger los documentos y útiles pertinentes, y disponerme a tener un duro día de trabajo. Ya había un trozo de ciudad que lo hacía, moviéndose apresurados en dirección al centro, chocando conmigo frontalmente. Sentía de nuevo que todo el mundo se movía en sentido contrario al mío, y eso me provocaba, con el primer rayo de sol en el cielo, un estado de euforia aleatorio.

Me costó levantarme de la cama y dejarla allí acostada, después de que me había dicho varias veces: “8 minutos más”. Cuando fue imposible posponer de nuevo el sonido del leñador que corta el árbol de sueños me vestí apresuradamente y salí lo más despacio que pude de una casa no del todo ajena.

Entre dos estados me movía. La prisa matutina, con el temor a llegar tarde y perder mi trabajo (después del aviso que me dieron) por un lado, y, por el otro, el placer de andar contracorriente sumido en recuerdos que permanecerán imborrables en la memoria de lo prohibido.


sábado, 6 de marzo de 2010

Invictus, de Clint Eastwood

Invencible

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.


William Ernest Henley

viernes, 5 de marzo de 2010

Do you want to sleep with me?

- Me lo he pasado genial. Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto. Me encantaría quedarme a dormir – dijo.

- Hazlo. ¿Qué te lo impide? ¿O quizá debería decir quién? (risas)

- No seas imbécil. Nadie, por supuesto. Soy yo misma. Me da miedo despertarme mañana y no saber qué hacer, qué pensar. ¿Es que tú no tienes miedo? Creo que es mejor que recoja y me vaya.

- Haz lo que quieras. Ese es tu problema: piensas tanto en el mañana que eres incapaz de disfrutar del hoy.